El Sábado Santo rememora especialmente a María tras la pérdida de su hijo, por lo que es un día de dolor y tristeza, destinado al silencio, luto, y reflexión, así como lo hicieron en el sepulcro María y los discípulos. Durante esta jornada, la comunidad cristiana vela junto al sepulcro en silencio. De esta forma, en la Iglesia Católica no se realizan eucaristías, no se tocan las campanas, el Sagrario se deja abierto y vacío, el altar está despojado y no se administra ningún sacramento excepto la Unción de los enfermos y la Confesión de los pecados.
Dado que no puede celebrarse ningún rito oficial, se suelen realizar retiros espirituales y las iglesias permanecen abiertas para que los sacerdotes atiendan confesiones. También es común la misa de la Liturgia de las Horas por parte de los clérigos con participación de fieles seglares.
Vigilia Pascual
Cuando anochece este día, tiene lugar la principal celebración cristiana del año: la Vigilia Pascual. Este acto se realiza durante la noche previa al Domingo de Resurrección y es un momento para regocijarse por la resurrección de Jesús. En el cual esta compuesta de varias partes:
– Bendición del fuego o lucenario: la Vigilia comienza cuando se apagan las luces y el sacerdote enciende una llama de fuego, con la que prenderá luz al Cirio Pascual, el cual es bendecido y llevado en procesión a través de la iglesia mientras permanece a oscuras. Cuando esta termina, el sacerdote canta el Pregón Pascual, antiguo himno de Pascua.
– Liturgia de la Palabra: se leen siete relatos del Antiguo Testamento referentes a la salvación de Dios. También se leen salmos del Nuevo Testamento y varios cánticos interpretados por un coro o solista.
– Liturgia Bautismal: trata sobre los temas de la resurrección y el bautismo, como términos que se complementan. Durante esta Liturgia se bendice el agua, se bautiza a los nuevos cristianos de ese año y se renuevan los compromisos bautismales.
– Liturgia de la Eucaristía: es una eucaristía más especial en la que se entonan cantos de júbilo y alabanza durante las comuniones. Para finalizar, los feligreses reciben la bendición.